¡tú no me entiendes, cállate, mírame, dime que sientes!


▪ Todas las historias tienen un final y no es feliz; quizá me equivoqué pensando en un futuro junto a ti. Y sé que no se puede cambiar nada ya, paso de rayadas porque ni siquiera ya me quedan ganas. Tengo una espina clavada que se agota como la tinta, no todo es tan bonito como te lo pintan. Y lo siento, sé que no soy perfecta pero caray, juro no volver nunca jamás a mirar hacia atrás. Nadie puede calmar este odio que encierro dentro, mi cuerpo está por explotar, murió y quedó sin sentimientos. Miento al decir que soy otro, pero vivo en el abismo; no es que mi corazón esté roto, es que ya no es el mismo. Mis ojos están secos, ya no lloran, pero quiero desahogarme de este peso que me controla. Y quizás sea verdad, ya no sé qué creer, quizá el amor no exista y me pregunto por qué creí en él. Las promesas son mentiras, el silencio te escucha, el tiempo nos olvida, la vida es una continua lucha. El paisaje cambia porque no puedo pintarlo yo; si sigo aquí es porque tengo un contrato con Dios. Mis heridas no se sanan, pero sí se hacen más grandes, ¡tú no me entiendes, cállate, mírame, dime que sientes!. Tú decides si quieres olvidarme o vivir con eso, confieso que no sigo siendo aquel aunque lo intento. Te juro que pensé que tú podías ser mi vida y no quiero pensar que me equivoqué como la mayoría. Y sé que meresco mucho más, quizás me sienta así por que nunca me lo supieron dar. Se empieza por perder la ilusión y luego la magia, después va la esperanza hasta que ya no queda nada; ¡Solo rabia, odio! Todo esto porque se acaba. Sientes como la poca luz que queda se apaga. Y no hay final feliz, pero sí pudo haberlo, si no fuera por esta vida que llevo podría verlo. Yo cometo errores y estoy harta de pecar, por mucho que me mueva siento estar en el mismo lugar. ¿Rectificar o no? He aquí la cuestión, lo siento, no sirvió de nada: el orgullo pudo al corazón. Y lo peor es que sueño con recuperar esa vida, juré no mirar hacia atrás pero cada día lo hago, sabes bien que es la primera vez que me arrepiento de algo. Quiero cambiar, fui esa cobarde que se dio por vencido y te aseguro que me odio y odio en lo que me he convertido, solo soy uno más o ni siquiera eso, yo también sufro aunque no rezo a un dios, solo me tengo a mí mismo. Perdí personas, perdí tiempo y cosas que quiero, algo que no podría pagar ni el mismísimo dinero.